Insomnio
Todos,
alguna vez, hemos dado mil vueltas en la cama sin poder dormir. Las razones
pueden ser múltiples pero el insomnio es uno de los trastornos del sueño más frecuentes
de los chilenos.
La
primera pregunta debería ser ¿cuánto sueño hace falta para descansar bien? La
recomendación típica es siete a ocho horas en los adultos. Pero esta regla no
es generalizada, ya que existen personas que con siete, seis o incluso 5 horas
de sueño logran tener un sueño reparador y no experimentan somnolencia diurna.
Estas personas son conocidas como "dormidores cortos". También están
los "dormidores largos" que requieren más de las 8 horas habituales
para lograr el efecto reparador del sueño.
Es
importante recalcar que las necesidades de sueño son personales. Más allá de
cuantas horas se duerme, lo importante es que el sueño sea continuo, reparador
y que permita un óptimo funcionamiento y alerta durante el día.
Es
necesario identificar a otro grupo de personas que siempre duerme mucho,
incluso más de 12 horas, pero que siempre permanecen somnolientos y cansados
durante el día. Esto naturalmente escapa al concepto de "dormidor
largo" y constituye una anormalidad que debe ser identificada y tratada.
Hay un estudio que demostró mayor mortalidad en individuos que dormían más de 8
horas, sin embargo hay que ser cuidadosos en el análisis de estos datos (el
exceso de horas de sueño no aumenta la mortalidad, pero si lo hace la enfermedad
que produce este dormir excesivo). Es el caso de la apnea del sueño, que por la
mala calidad del dormir hace que el paciente esté siempre somnoliento y aumente
su riesgo cardiovascular.
El
insomnio crónico tiene una alta prevalencia y está presente en el 9% a 12% de
los adultos, cifra que aumenta significativamente en las personas mayores de 65
años. Sus efectos son variados, compromete el rendimiento diurno (tanto laboral
como académico), altera la calidad de vida y aumenta el riesgo de depresión. Las
quejas habituales de las personas afectadas son fallas de atención, memoria,
concentración, fatiga y cansancio diurnos.
El
insomnio se define como la dificultad para iniciar o mantener un sueño continuo
(insomnio de mantención o conciliación respectivamente) y puesto que es un
síntoma subjetivo, requiere siempre investigación de la causa que lo provoca.
No es raro que esté asociado a enfermedades psiquiátricas, dentro de las que
destacan los trastornos del ánimo, sin embargo, hay que tener presente que cualquier
cuadro psiquiátrico puede producir insomnio.
Como
causa de este problema destaca el denominado "insomnio psicofisiológico
crónico", condición en la que existe una marcada ansiedad por dormir de
parte del paciente. Hay asociaciones negativas con el dormitorio, pues este no
se relaciona con dormir, sino más bien con aquel lugar de tortura donde la
persona permanece despierta dándose vueltas durante gran de parte de la noche.
El
afectado está constantemente vigilando sus horas de sueño, sacando la cuenta de
las horas dormidas, número y horario de los despertares, etc. Hay además
coexistencia con otros cuadros, tales como cefalea tensional, colon irritable,
etc.
Otra
causa de insomnio es el llamado "síndrome de piernas inquietas"
que se caracteriza por hormigueos o molestias en las piernas que obligan al
paciente a moverlas de modo compulsivo para así obtener algún grado de mejoría.
Se produce en la noche, cuando la persona se va a acostar y dificultan el
inicio del sueño.