El estudio del sueño a lo
largo de los años ha reincidido en dos aspectos "¿Por qué se da?" y
"¿para que se da?", pero el sueño es un espacio de tiempo en el cual
una persona recupera todas sus energías que ha gastado durante el día y lo
único que decrece esa recuperación de energía son los trastornos del sueño,
estos pueden ser obviados o minimizados si la persona desde antes que aparezcan
llevan unos hábitos de sueño correctos.
Existe una línea muy delgada entre problemas
del sueño y trastornos del sueño que muchas veces es cruzada, la primera hace
referencia a una insatisfacción en el momento de dormir y no necesariamente es
un trastorno del sueño, mientras que la segunda hacer referencia a una
alteración real de las funciones del sueño, que lo niega o lo incrementa de
manera exagerada. Solo la segunda debe ser tratada pero lamentablemente ambas
lo son ya que no es una diferencia muy notoria.
El insomnio es el trastorno del sueño más
conocido y por ende el más tratado, el cual en algún momento ha padecido la
mayoría de personas y la manera de sobrellevarlo es utilizando fármacos, pero
esta salida en algunos casos es innecesaria ya que no solo el insomnio sino
otras parasomnias y/o disomnias pueden ser tratadas por medio de procesos
conductuales que se ejecutan en base a la voluntad de la persona que los sufre.
Algunas parasomnias tales
como los terrores del sueño o las pesadillas son característicos de los
infantes y los niños, se dan por la misma edad y conllevan más que un problema
para los padres que para los que los sufren que son los niños ya que la
preocupación que causa es casi desesperante para los padres y tratan de buscar
un medio de solución a una edad muy temprana, es preferible enfrentar las
pesadillas y si estos trastornos continúan por una cantidad de tiempo
considerable recién es asequible buscar ayuda de un profesional.
Los trastornos del sueño están inducidos e
inducen a otras enfermedades mentales y en la mayoría de los casos las personas
le toman mayor importancia a las enfermedades mentales ya que según ellos son
las que crean más problemas, pero el tratamiento debería ser igual para ambos
casos.
La depresión es el trastorno del estado de
ánimo más propenso a crear un trastorno del sueño ya que los paciente que
sufren de depresión se sienten atormentados por una tristeza enorme que altera
su ciclo de sueño, el trastorno más común es la hipersomnia ya que la persona
"prefiere" dormir antes que estar despierto y seguir en el estado que
sigue, pero este intento por obligarse a conciliar el sueño puede crear una
ansiedad por dormir y al no poder lograrlo se caerá en el insomnio, así que en
general no se debe intentar dormir sino dejarse llevar y solo intentar dormir
cuando es necesario.